Herramientas para poner en práctica el Ahora y empezar a conectarnos con nuestro Yo Consciente
EJERCICIO DE LAS 40 RESPIRACIONES
Este ejercicio es muy apropiado
para ese primer contacto con nuestro YO CONSCIENTE. Un ejercicio muy sencillo y
rápido que además podemos usar en cualquier momento. Después de realizar el
ejercicio, nos traerá más Paz y una inspiración de soluciones a alguna
situación que haya surgido en nuestra vida.
Para desarrollar la atención
sobre la propia mente y sus correspondientes “idas y venidas”, existe un método
arraigado en la práctica del Zen que se basa en acompañar a la respiración en
su ascenso y descenso, sintiendo y percibiendo, tanto las sensaciones
corporales como los pensamientos que circulan mientras se observa durante el
ejercicio.
La práctica propone contar 40 respiraciones completas. (Inhalando
y exhalando por la nariz). Se entiende por respiración completa, el proceso que
incluye inhalación y exhalación.
Para contar fácilmente cada
respiración numera interiormente cada una en el momento en que te encuentras
soltando el aire… procede lentamente al exhalar: unoooooo… doooosss…
treeeesssss… vaciándote totalmente.
La cantidad de aire que inhales
depende de tus ritmos, pero es recomendable que inicialmente proceda a inhalar
un poco más de aire de lo que tomarías de forma natural y de esta forma
alargues el tiempo dedicado a la exhalación sintiendo mientras te vacías que
también disuelves las tensiones acumuladas en el cuerpo.
Es posible que en los comienzos
del ejercicio, sientas que se agolpan pensamientos pendientes, y que tu
conciencia se vea invadida de algún contenido que te acuse cierta ansiedad… No
importa, permite que aflore y sigue adelante observando no sólo que tu mente es
capaz de estar atenta a la numeración progresiva de los 40 pasos, sino que
además permanece consciente de pensamientos y sensaciones que simultáneamente
“caben” en el espectro de tu “darte cuenta”.
Recuerda que aunque tratas de no
despistarte siguiendo el curso de algún pensamiento, lo importante es darte
cuenta que te has despistado y, de esa forma proceder a volver, una y otra vez,
al eje de la atención despierta. Cada desatención “observada” supone un pequeño
despertar del “sueño” que discurre automático en el seno de las corrientes de
pensamiento asociativo.
Si de pronto te das cuenta de que
te has despistado, vuelve al número de la respiración en el que crees que te
despistaste por ejemplo el 18 y desde ahí sigue respirando y contando hasta el
40. Si al finalizar de contar, sucede que te encuentras muy a gusto y te
decides continuar en silencio, tal vez porque sientes que te ha – sabido a poco
-, tienes la opción d volver a contar otras cuarenta respiraciones o bien
permanecer en el observador, mientras tus pensamientos desfilan, dándote cuenta
de los mismos, sin que te identifiques con ellos.
El Observador mencionado en la
llamada Conciencia Testigo, una especie de espectador que ve el espectáculo de
su mente, mientras él permanece sólido e inamovible.
Es también posible que en el seno
de una vida profesional, con pocos espacios de – no acción-, experimentes
resistencias a detenerte y respirar conscientemente, merece la pena que
entonces te preguntes:
¿Cuánto
tiempo voy a tardar realmente en realizar el ejercicio?
La respuesta es que unos pocos
minutos… muy pocos. Y sin embargo el nivel y cualidad de ideas que
paulatinamente brotarán de tu mente tras la armonización e integración de tu
identidad global que este ejercicio conlleva, puede afirmarse que no tiene
precio.
La práctica del silencio auto-consciente
trabaja en los niveles más profundos de tu inconsciente. Al final de la
travesía observarás el cambio cualitativo de expansión y apertura que ha
experimentado tu conciencia.
La perseverancia trae ventura.
I ching
Ventajas del ejercicio:
1-
Favorece
el mantenimiento del enfoque de la atención.
2-
Expande
la capacidad de observar pensamientos y sensaciones.
3-
Entrena
en la vivencia del presente.
4-
Favorece
el darse cuenta de la impermanencia de todo lo percibible.
5-
Adecuado
para desviar la atención de miedos o dolor en las pérdidas.
6-
Adecuado
para personas que se abren por vez primera a la percepción de su mundo interno.
7-
Adecuado
para calmar la ansiedad y el estrés.
8-
Adecuado
para influir en el inconsciente cambiando la visión negativa y actitudes
pesimistas.
9-
Recomendable
al levantarse cada mañana y en los momentos de crisis o dolor físico y
emocional.
MEDITACIÓN ZEN
Un dato a tener en cuenta, es que
en todas las filosofías y corrientes espirituales, tienen en común la práctica
de la Meditación. En realidad, es un ejercicio que aporta muchas ventajas y con
una práctica constante y continua, uno acaba percibiendo cambios importantes en
su vida y en cuestión en sus reacciones hacia los demás y la forma de ver la
vida. La paz empieza a formar parte de nuestra vida.
En
este apartado a cerca de la Meditación, voy a hablar un poco de cómo fue mi
experiencia, pues me imagino que muchas personas se encontrarán en la misma
situación en la que me encontré yo. Tratando de saber cómo se medita y cuál es
la finalidad de la meditación.
En mi caso, al principio me decían que es acallar la mente, pero la mente siempre pensaba y me decían que esos pensamientos se acababan yendo y yo veía que eso de que se fueran era algo muy complicado, porque me dejaba llevar por ellos de manera muy fácil. Luego con el tiempo me daba cuenta, que con la práctica uno empezaba a pensar menos y realmente esos pensamientos si se iban rápido y podía poco a poco mantenerme como un observador de los mismos, sin identificarme con ellos.
En mi caso, al principio me decían que es acallar la mente, pero la mente siempre pensaba y me decían que esos pensamientos se acababan yendo y yo veía que eso de que se fueran era algo muy complicado, porque me dejaba llevar por ellos de manera muy fácil. Luego con el tiempo me daba cuenta, que con la práctica uno empezaba a pensar menos y realmente esos pensamientos si se iban rápido y podía poco a poco mantenerme como un observador de los mismos, sin identificarme con ellos.
Luego me hablaron de las
meditaciones guiadas y de pensar en cosas, así como puede ser enviar Luz y Amor
al mundo. Y yo lo hacía, me hacía sentir bien, pero sentía que algo fallaba,
que la meditación tenía que ser otra cosa más sencilla y que además al realizar
la práctica, sea algo que llame nuestro interés y las ganas de hacerlo y además
de disfrutar de ese tiempo.
Así hasta que encontré la
Meditación Zen y con esto no quiero decir que el resto de meditaciones sean
peor, pero lo que sí puedo decir es que este tipo de meditación me ayudo mucho
y fue la que me hizo comprender la finalidad de la Meditación.
Ahora voy a hablar un poco sobre
el Zen para aquellos lectores que hayan oído de la palabra, pero que no sepan
exactamente a que se están refiriendo cuando escuchan o leen la palabra ZEN.
El Zen es un camino práctico para
devenir plenamente consciente y revelar la verdadera naturaleza del ser. Para
saber lo que el Zen es, y especialmente lo que no es, no hay otra alternativa
que practicarlo. En este sentido, los maestros Zen suelen afirmar:
“Los que saben no hablan, los que
hablan no saben”
El Zen, ¿es una religión o una
filosofía? El Zen es una práctica y una concepción de la vida. No es una
religión ni una filosofía. No es una psicología o cierto tipo de ciencia. Es un
ejemplo de lo que se reconoce como un “camino de liberación”. Por fortuna o por
desgracia, el Zen es sobre todo una experiencia de carácter no verbal,
absolutamente inaccesible por medios literarios o eruditos.
En el Zen, lo fundamental es la experiencia
personal. El Zen insiste en la vivencia interior. Se dice que una vez
aprendidas las técnicas con cierta rigurosidad, brota la espontaneidad y se
abandonan las explicaciones. A todo este conjunto de conocimientos se lo llama:
“PRACTICA”.
La acción es lo que prima en el
Zen
Al
caminar, solo camina,
Al estar
sentado sólo siéntete,
Al comer
come y, sobre todo, no vaciles
Cualquier cosa que tu mano quiera
hacer, hazlo con todas tus fuerzas.
El silencio meditativo no es el
silencio del desierto que está desnudo de toda manifestación de vida, tampoco
es el silencio de un cadáver. Se trata de un silencio de plenitud en el que se
hallan integradas todas las antítesis mentales. En palabras simbólicas, se
trata del silencio del Profundo sumido en la “tranquilidad del trueno”.
Es frecuente que cuando una
persona reclama una explicación lógica de la enseñanza del Zen, los adeptos
tienden a responder precisamente algo que sume a los demás en la mayor
confusión. El querer explicar o analizar el contenido del Zen respecto a la
iluminación es un intento inútil. Se trata de la vivencia repentina de la
sabiduría para “cruzar a la otra orilla” y sentir con certeza que todas las
cosas carecen de naturaleza independiente puesto que solo existen en relación
con otras cosas. Una vivencia que sin duda sucede en el repentino despertar. Se
trata de experimentar que nada en el Universo puede existir por sí mismo, y
saber que luz y sombra, largo y corto, negro y blanco son términos relativos y
no independientes el uno del otro.
El Zen tiene su Origen en China,
pero el camino del Zen está fuertemente arraigado en el suelo natal de la
India. Hay una tendencia a referirse al Yoga y al Zen conjuntamente como
caminos de meditación oriental. Y en cierto modo, las similitudes entre ambos
son ciertamente incuestionables. La raíz de la palabra yoga significa “poner un
yugo”, unir. Y en realidad, el Zen y el Yoga en su entrenamiento central
mantienen al unísono las mismas tres bases: la postura sedente, la respiración
y la concentración. La experiencia Zen se caracteriza por un despertar que,
atravesando las capas de la mente consciente y racional, accede al Ser
transobjetivo, autentica experiencia de la Realidad. A la Realidad con
mayúsculas, es decir a la que existe más allá de toda definición mental. A la
conciencia pura.
El Zen en particular es un
producto de la fusión del Budismo de la India con la cultura taoísta china. El
Zen llegó a China a los cuatrocientos años de la era cristiana. En realidad, el
Zen como práctica y como camino surge a partir del matrimonio de las
mentalidades china e india.
¿Qué
proporciona el ZEN?
El Zen es un camino de liberación
interior, es decir una liberación de la atadura a las suposiciones y prejuicios
que condicionan nuestra mente ordinaria. Desde el Zen, se observa la vida
directamente con la plena espontaneidad original o calidad del sí mismo. ¿Cómo
se puede vivir cada instante lo NUEVO si nuestra “gafa de ver y sentir” está
inconscientemente condicionada por memorias y proyecciones?, ¿cómo es posible vivir
la sorpresa que cada momento trae si no se han previamente liberado de las
memorias los conceptos encadenados a cada percepción? ¿cómo se puede
experimentar el sí mismo con la frescura del “niño supraconsciente” abierto al
momento presente?
La posición básica del Zen es que
no tiene nada que decir, nada que enseñar. El maestro no “ayuda” al discípulo
puesto que ayudar de la manera que habitualmente se entiende, sería entorpecer.
Por el contrario, en cierto momento del camino, el maestro sale a poner obstáculos
y barreras al camino del estudiante. El discípulo Zen no sabe realmente Zen si
no lo descubre por sí mismo.
Si una imagen vale más de mil
palabras, un bocado vale más que mil imágenes.
El Zen ante todo, nos presenta un
camino que lleva al despertar de la propia naturaleza esencial y, por lo tanto,
a la profundidad del ser humano. Y aunque fue iniciado en el ámbito de la
religión budista, su práctica transcendió toda doctrina o creencia religiosa
por amplia que ésta fuese.
El Zen apunta al descondicionamiento
de la mente que es una forma de nombrar la Iluminación. La práctica Zen conduce
normalmente al “Satori”, es decir, a un repentino despertar que D.T. Suzuki
consideró como la quintaesencia del Zen. Desde otra perspectiva, el Zen en
Occidente se ha incorporado al ámbito de la psicoterapia ya que su práctica
conlleva una progresiva liberación de patrones soterrados en el ámbito de lo
subconsciente. Desde esta perspectiva de armonización mental, la práctica
sistemática del Zen conlleva una ampliación de consciencia que disuelve
esquemas reactivos y conductas automatizadas de carácter neurótico.
El ZEN es el arte de dejar en paz
a la mente.
El Zen ha llegado a la convicción
definitiva de que nuestra manera habitual de pensar es incapaz de satisfacer realmente
nuestras necesidades espirituales más profundas. Debido a ello utiliza
determinadas prácticas como la del Za Zen, el Koan y otras más para ir
trascendiendo la lógica y sus límites mentales.
La práctica del Zen fomenta de
manera sutil la moral y la acción noble y responsable al sofocar las llamas de
la avaricia, la cólera y los pensamientos ilusorios que suelen abrasar a la
mente humana. Conforme el proceso avanza, se libera la compasión y el amor que
existe dentro de cada ser esencial.
La mayor parte de nuestras
decisiones importantes dependen de la “corazonada”, en otras palabras, de la
“visión profunda” de la mente. No podemos recuperar el poder de la visión
profunda a menos que primero relajemos los órganos de la visión. No es
simplemente la quietud de la mente sino una especie de desasimiento mental. El
ser humano despierto usa su mente como un espejo. No aferra nada, no rechaza
nada. Recibe pero no conserva.
La meditación es ante todo la
práctica de la conciencia clara. Un entrenamiento sobre la conciencia y un
trabajo de la atención.
El ZA ZEN es el nombre que se le
da a la práctica de la meditación Zen. Este ejercicio consiste en “sentarse” y
mantener una atenta inmovilidad durante el tiempo que dura. Puede considerarse
que el Za Zen es el corazón del entrenamiento Zen.
Se practica ejercitando los tres
aspectos ya nombrados y relacionados con la meditación Za Zen. La postura, la
respiración y la actitud.
POSTURA
-
Sentada
(loto, semi-loto, diamante), espalda recta, gran asentamiento sin desequilibrio,
centro de gravedad en hara, relajado pero con tensión justa.
-
Ojos
entreabiertos, mirada enfocada en el suelo.
-
Manos
sobre regazo; dedos de mano izquierda sobre los dedos mano derecha; pulgares
extendidos se tocan entre sí; codos ligeramente hacia fuera.
ACTITUD
-
Mente
abierta.
-
Ni
rechazo ni estímulo de los pensamientos y emociones que aparezcan.
-
Amplia
percepción consciente simultánea del adentro y afuera.
-
Atención
afilada e intensa, vivir lo que ocurre sin pensar en lo que ocurre.
-
Vivencia
del eterno ahora, cargada de presencia y entrega.
-
Si
nos despistamos volvemos a la conciencia del presente.
RESPIRACIÓN
-
Conciencia
de la respiración. (Contemplar la respiración especialmente la exhalación.
Contar la respiración favorece el enfoque de atención.)
-
Enfoque
prioritario, máxima atención en la respiración.
Si una persona o varias comienzan
practicando en sus casas, pueden comenzar por 10-15 minutos hasta 20 minutos.
En realidad, alrededor de 22 minutos es el tiempo tradicional que dura ardiendo
una barrita de incienso.
¿En qué consiste el Kinhim?
El Kinhim o meditación en
movimiento, es una práctica encaminada también al despertar de la conciencia
que consiste en camina en fila muy lentamente y manteniendo la atención a cada
paso. Es una manera de permanecer plenamente despierto ya que cada paso dado es
tan inhabitualmente lento y recogido que el sujeto que lo practica se ve
obligado a mantener la atención a aspectos tales como su postura, el
equilibrio, el movimiento que pone el peso en un pie y luego en el otro, al
ritmo de cada paso, a la distancia con la persona de delante y a su propio
estado interior.
En el Kinhim se camina derecho
colocando los antebrazos paralelos al suelo y dejando que los codos sobresalgan
ligeramente. El Kinhim está a mitad de camino entre la cualidad de atención que
se requiere para sentarse y la cualidad de atención necesaria para el
movimiento y estilo del mundo cotidiano.
BENEFICIOS
DE LA MEDITACIÓN
Entre los logros más visibles que
se alcanzan en la práctica de la meditación se pueden citar: un aumento notable
de la serenidad y la sensibilidad en la vida cotidiana, un incremento en la
capacidad de empatía hacia los demás, un mayor anclaje de la consciencia en la
propia interiorización como causa de todos los estados mentales y una
activación extraordinaria de la lucidez mental. Por otra parte, y por el hecho
de abrir la consciencia a niveles más profundos, el practicante desbloquea
determinados aspectos del inconsciente y, en consecuencia, se disuelven las
bolsas emocionales no resueltas. Se trata de bolsas emocionales de material
reprimido que no pueden aflorar a la consciencia y que tienden a expresarse a
través de emociones exageradas como puedan ser la ira, el miedo, la avidez, la
aversión, el descentramiento, la ansiedad, la hostilidad, los celos, etc.
Durante el ejercicio meditacional
pueden darse casos en los que la liberación de las citadas bolsas emocionales
reprimidas (tristeza, congoja, ansiedad…) llegue a provocar incomodidad; en tal
caso, la persona no debe inquietarse, sino tan sólo seguir observando la
emergencia de dichos episodios como oportunidad de drenaje liberado y seguir
“respirándolos” de manera continuada. En este sentido, la psicoterapia y la
meditación pueden considerarse como un eficaz binomio de autodesarrollo y
alcance transpersonal que a veces pasa por iluminar el sótano antes de llegar
al ático.
En un sentido psicológico
propiamente dicho, la meditación drena el inconsciente y limpia la conciencia
de contenidos conflictivos, desarrollando un enriquecedor factor de observación
que disminuye el egocentrismo y torna al sujeto de una mayor independencia. Se
ha verificado asimismo en los practicantes de meditación aspectos tales como,
un incremento del bienestar psicológico, un descenso en el nivel de ansiedad,
un aumento de la confianza y la propia autoestima, un mejor aprovechamiento en
la actividad intelectual y académica, y un mayor número de posibilidades de
autorrealización.
La investigación médica señala
asimismo que con la práctica de la meditación, el estrés, los miedos y las
fobias pueden reducirse notablemente, así como el uso del alcohol y las drogas.
La práctica asidua produce una disminución de la presión sanguínea, haciendo
emerger una calma subyacente y un nivel de ecuanimidad que neutraliza las
“reacciones” posibilitando acciones elegidas y voluntarias. En cuanto a las
variables fisiológicas de los meditadores se ha observado que la práctica
altera el ritmo cardiaco y opera cambios en el metabolismo por la reducción del
consumo de oxígeno.
Pues también en el plano químico
se observa una reducción de los niveles de lactato y de la hormona cortisol en
sangre que intervienen en la respuesta al estrés, así como una agudización de
la percepción y de las habilidades de autocontrol en la conducta. De momento, existe una sobrada evidencia de
lo beneficiosa que puede ser la práctica de la meditación para reducir la
presión sanguínea, disminuir el nivel de colesterol y prevenir las enfermedades
coronarias. Puede concluirse afirmando que el ejercicio meditacional constituye
un sistema de entrenamiento excelente para afrontar el sufrimiento mental, las
frustraciones del presente y las preocupaciones por el futuro.
Desde mi propia experiencia en la
meditación y con una bastante constancia como práctica diaria. Puedo confirmar
que los efectos de su práctica son positivos y uno se siente con más calma. Al
final ese espacio de la meditación es como un gimnasio, en el que estamos
trabajando la Atención y el darse cuenta de los pensamientos y de lo que está
sucediendo en nuestro interior y en nuestro exterior. Al final, lo importante
no es eliminar los pensamientos y quedarse en blando, lo importante es el arte
de darse cuenta que estás pensando. Al principio te puedes tirar 10-15 minutos
pensando hasta que te das cuenta que estás pensando, pero en ese caso, no te
preocupes, porque en realidad eso es lo importante, ese momento que te diste
cuenta que estabas pensando. Entonces en este instante que te diste cuenta,
vuelves a llevar tu atención a la respiración y a tu cuerpo, así como se
encuentra, si tiene algún dolor, pero sobre todo una atención a la respiración.
Con la práctica continua acabas llevando la atención a la respiración y a la
mayor parte del cuerpo así como también a lo que vemos en el exterior sin perder
la consciencia del cuerpo y la respiración, pero esto se consigue con una
práctica continuada. Tras la práctica de la meditación, con el paso del tiempo,
ese intervalo de tiempo entre pensar y darse cuenta se va reduciendo poco a
poco, hasta llegar al momento de poder observar los pensamientos, sin ni
siquiera identificarse con ellos e incluso llegando a percibir tu cuerpo y el
entorno externo, simplemente observándolo todo sin pensamiento, en ese momento,
se llega a una gran calma, paz y tranquilidad, que empieza a hacerte sentir muy
bien interiormente. A partir de ahí, es un autodescubrimiento.
También me gustaría comparar un
poco sobre los efectos que tienen sobre nosotros los programas de televisión y
los efectos de la meditación. En cuanto a la meditación, tú acabas siendo dueño
de tus pensamientos y emociones, llegando a observarlos y llegar a saber de
donde provienen. En este caso, acabas teniendo cierto poder sobre ellos,
surgiendo del interior profundas inspiraciones e intuiciones, que aunque vengan
en forma de pensamiento, en realidad provienen de otro lugar debido a su gran
calidad de resolución que nos aporta a nuestra vida. En cuanto a la televisión,
está constantemente adormeciendo nuestro poder de control, trasladando dicho
poder al “mi” (Ego), la televisión nos hace sentirnos identificados por todo lo
que vemos, provocando mezcla de emociones de alegría, tristeza, dolor, amor,
risa, llanto, un sin fin de mezcla de emociones que ayudan a que perdamos el
control de nuestras emociones y de tal forma, que en función de lo que veamos
en el exterior afectará directamente en nuestro interior, así como puede ser el
fomentarnos el comprar un producto. Creemos, por lo identificados que nos
sentimos por lo que vemos, que necesitamos ese producto y lo compramos. Pero si
una persona realiza la práctica de la meditación continúa, entonces conseguimos
un poder de control, de tal forma, que cuando veamos ese producto, analizaremos
si realmente lo necesitamos, y al final seguramente llegaremos a la conclusión
de que en este momento no lo necesito, simplemente no lo necesito, o si sí
realmente va a ser útil, pero ya se ha producido un mecanismo en el que a
través de la lógica mental, llegamos a una conclusión lógica y nuestra
respuesta provendrá realmente de nosotros. La meditación es un camino para
empezar tomar decisiones conscientes.
EJERCICIO DE LA PRESENCIA .CONECTAR CON EL CUERPO INTERNO
A lo largo de esta práctica quizá
te resulte útil mantener los ojos cerrados. Más adelante, cuando “estar en el
cuerpo” sea algo fácil y natural, ya no será necesario. Dirige la atención al
cuerpo, siéntelo desde dentro. ¿Está vivo? ¿Hay vida en tus manos, brazos,
piernas y pies, en tu abdomen, en tu pecho? ¿Puedes sentir el campo de energía
sutil que impregna la totalidad del cuerpo y llena de vida vibrante cada órgano
y cada célula? ¿Puedes sentirlo simultáneamente en todas las partes de tu
cuerpo? ¿Es un campo de energía unificado? Sigue enfocándote en las sensaciones
de tu cuerpo interno durante unos momentos. No empieces a pensar en él.
Siéntelo. Cuanta más atención le concedas, más clara e intensa será la
sensación. Sentirás como si cada célula estuviera más viva, y si tienes muy
desarrollado el sentido visual, puede que te venga una imagen de tu cuerpo
volviéndose luminoso. Esa imagen podrá ayudarte temporalmente, pero presta más
atención a la sensación. Una imagen, por muy hermosa o intensa que sea, ya
tiene una forma definida, y no te permite profundizar tanto como la sensación.
La sensación de tu cuerpo interno
no tiene forma, no tiene límites, es insondable. Siempre puedes alcanzar en él
una mayor penetración. Si en esta primera etapa no sientes mucho, presta
atención a lo que puedas sentir. Quizá notes un leve cosquilleo en las manos o
en los pies. Eso es suficiente de momento. Basta con que te enfoques en la
sensación. Tu cuerpo está despertando a la vida. Más adelante seguiremos
practicando un poco más. Por favor, ahora abrid los ojos, pero mantened parte
de la atención en el campo energético corporal interno mientras empezáis a
recorrer la habitación con la vista. El cuerpo interno está a medio camino
entre la identidad vinculada a la forma y tu identidad esencial, tu verdadera
naturaleza. Nunca pierdas el contacto con él.
EJERCICIO DURANTE 3 DIAS, VIVIR CONSCIENTEMENTE
En todos estos ejercicios la
clave está en mantenerse permanente en un estado de conexión con tu cuerpo
interno, sentirlo en todo momento. Esto profundizará y transformará tu vida
rápidamente. Cuanta más conciencia dirijas hacia el cuerpo interno, más elevada
será su frecuencia vibratoria, de manera parecida a una luz que brilla más a
medida que giras el interruptor progresivo y aumenta el flujo eléctrico. En ese
alto nivel energético la negatividad ya no puede afectarte, y tenderás a atraer
nuevas circunstancias que reflejen esa frecuencia elevada.
Lo podemos comparar igual que
cuando estamos aprendiendo mecanografía, aún lo recuerdo con el librito de
aprender mecanografía que nos dice, ahora con el meñique presiona la tecla “A”
y no sé cuantas veces y así tecla por tecla y dedo por dedo. Al principio
resulta un poco aburrido porque tienes que prestar mucha atención y la
impaciencia de querer empezar a escribir, a veces puede con uno. Ahí es donde
se encuentra el Ego poco constructivo. Pero con voluntad y constancia, es
decir, desde un Ego más constructiva, llega un momento en la que ya empiezas a
escribir con cierta soltura, así hasta que llega un momento en el que ya no
tenemos ni que mirar el teclado. Pues lo mismo sucede con este tipo de
herramientas de la Atención Plena, al principio la impaciencia puede con
nosotros, pero si mantenemos esa voluntad y constancia, entonces conseguiremos
profundizar mucho más, e incluso integrarlo como una práctica diaria normal.
Si mantienes la atención en el
cuerpo siempre que te sea posible, estarás anclado en el ahora. No te perderás
en el mundo externo ni en la mente. Los pensamientos y emociones, los miedos y
deseos, pueden seguir presentes en alguna medida, pero ya no se adueñarán de
ti.
Por favor, analiza dónde está tu
atención en este momento. Estas escuchándome o estás leyendo estas palabras.
Ese es el centro de tu atención. También eres consciente periféricamente de tu
entorno, de otras personas, etc. Además, puedes tener cierta actividad mental
en torno a lo que estás oyendo o leyendo, algún comentario mental. Pero no es
necesario que nada de lo anterior absorba toda tu atención. Intenta mantenerte
simultáneamente en contacto con tu cuerpo. Mantén parte de la atención dentro
de ti, no dejes que toda ella fluya hacia fuera. Siente tu cuerpo desde dentro
como un campo energético unificado. Es casi como si estuvieras escuchando o
leyendo con todo tu cuerpo. Práctica esto
La espera es un estado mental.
Significa que quieres el futuro y no quieres el presente. Por ejemplo puedes
practicar el ejercicio de Atención Plena, pero si llegas a la noche y te dices,
vaya en todo el día no recuerdo haber vivido en un momento de Presencia,
entonces puedes hacer dos cosas, lo habitual es que digas, bueno, mañana
trataré de trabajarlo de nuevos, es decir, rechazas el presente o decir, bueno
aunque sea de noche, voy a empezar de nuevo pero desde este Ahora. No
necesitamos esperar, si nos hemos acordado en este preciso momento, entonces
vuelve a la Presencia en este momento, qué mejor momento que Ahora. No hay otro
momento que no sea este. Practica esto en los próximos 3 días y saca una
conclusión desde tu experiencia.
No entregues toda tu atención a
la mente y al mundo externo. Intenta concentrarte con todos los medios a tu
alcance en lo que haces, pero al mismo tiempo siente tu cuerpo interno siempre
que puedas. Mantente arraigado en tu interior. A continuación observa cómo eso
cambia tu estado de conciencia y la cualidad de tus acciones.
Cuando tengas que esperar, donde
quiera que estés, aprovecha ese tiempo para sentir el cuerpo interno. De este
modo los atascos de tráfico y las colas se vuelven muy agradables. En lugar de
proyectarte mentalmente lejos del ahora, entra más profundamente en el momento
ahondando en tu cuerpo.
También es recomendable para
traer presencia preguntarnos, ¿estoy respirando, quién está respirando? La
respiración es una herramienta muy útil, porque te trae a la presencia de forma
automática en el momento que la volvemos consciente. Incluso puedes sentir que
al llevar la consciencia a la respiración, empezamos a modificar el ritmo, pero
la clave se encuentra en observarla y que ella siga con su ritmo por sí misma y
sin dejar de observarla. Al principio puede costar un poco, pero se acaba
consiguiendo.
El arte de ser consciente del
cuerpo interno se va desarrollando hasta dar paso a una nueva forma de vivir, a
un estado de conexión permanente con el Ser, y añadirá una profundidad a tu
vida que no has conocido antes.
Resulta fácil estar presente y
ser el observador de la mente cuando se está profundamente arraigado en el
cuerpo. Pase lo que pase fuera, ya nada puede hacerte temblar.
A menos que estés presente y
habitar el cuerpo siempre es un aspecto esencial de la presencia, seguirás
estando controlado por la mente. El guión mental que aprendiste hace mucho
tiempo, tu condicionamiento mental, dictará tu pensamiento y tu conducta. Puede
que te sientas libre de él durante breves intervalos, pero serán muy
prolongados. Esto es especialmente cierto cuando algo “va mal”, cuando se
produce una pérdida o un disgusto. Entonces tu reacción condicionada será
involuntaria, automática y predecible, alimentada por el miedo, que es la
emoción básica subyacente al estado de conciencia de identificación con la
mente.
Así, cuando se presenten esos
desafíos, y siempre acaban por presentarse, créate el hábito de entrar
inmediatamente en tu interior y de centrarte en el campo energético de tu
cuerpo. Esto no requiere mucho tiempo, apenas unos segundos. Pero tienes que
hacerlo en cuanto se presenta el desafío. Cualquier retraso permitirá que la
reacción condicionada, emocional o mental, surja y se apodere de ti. Cuando te
orientas hace dentro y sientes el cuerpo interno, recobras inmediatamente la
serenidad y la presencia, porque retiras atención de la mente. Si esa situación
requiere una respuesta, surgirá de un nivel más profundo. Así como el Sol es
infinitamente más brillante que la luz de una vela, hay infinitamente más
inteligencia en el Ser que en la mente.
Mientras te mantienes en contacto
consciente con tu cuerpo interno, eres como un árbol profundamente enraizado en
la tierra, o un edificio con unos sólidos y hondos cimientos.
Terapeuta Transpersonal
Victor Manuel Rodriguez
El Escorial, Madrid, Spain
Tel. 685 877 934 se.tu.mismo@hotmail.es
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Recuerda: tú, en realidad, no eres la charla que oyes dentro de tu cabeza; eres el Ser que oye esa charla.
Bill Harvey
EJERCICIO PARA DESPERTAR LA CONCIENCIA TESTIGO
Ken Wilber señala un Ejercicio para despertar al Testigo Consciente que se formula así:
Tengo un cuerpo pero no soy mi cuerpo. Puedo ver y sentir, y lo que se puede ver y sentir no es el auténtico Ser que ve. Mi cuerpo puede estar cansado y excitado, enfermo o sano, sentirse ligero o pesado, y eso no tiene nada que ver con mi yo interior. Tengo un cuerpo y no soy mi cuerpo.
Tengo deseos, pero no soy mis deseos Puedo conocer mis deseos y lo que se puede conocer, no es el auténtico Conocedor. Los deseos van y vienen, flotan en mi conciencia y no afectan a mi yo interior. Tengo deseos, y no soy mis deseos. Tengo emociones pero no soy mis emociones. Puedo percibir y sentir mis emociones y lo que se puede percibir y sentir no es el auténtico Perceptor. Las emociones pasan a través de mí, pero no afectan a mi yo interior. Tengo emociones y no soy mis emociones.
Tengo pensamientos pero no soy mis pensamientos. Puedo conocer e intuir mis pensamientos, y lo que puede ser conocido no es el auténtico Conocedor. Los pensamientos vienen a mí y luego me abandonan, y no afectan a mi yo interior. Tengo pensamientos pero no soy mis pensamientos. Soy lo que queda, un puro centro de percepción consciente.
Un testigo inmóvil de todos esos pensamientos, emociones, sentimientos y deseos.
Las escuelas de crecimiento interior afirman que si una persona, cada mañana al despertar y a lo largo de 40 días, persevera en la formulación de este texto, experimentará cambios extraordinarios en la consciencia de su propia identidad. A los pocos días de practicar se observará capaz de mantener un lúcido estado de sosiego en situaciones que anteriormente se vivían como tensas y agitadas. Y conforme se vayan recitando las palabras haciendo consciente su significado, descubrirá que sus emociones, de aversión y de fascinación, se equilibran y se templan. Tras el período de cuarentena, la persona considerará los extremos emocionales tan sólo como olas periféricas y superficiales de la conciencia. Observará que ha despertado la propia identidad Testigo, un estado desde el cual la vida se contempla de manera más ecuánime, sin perder las risas ni las lágrimas de nuestra calidad interna.
Una vez instalado en el Testigo, sucederá que cuando brote el vaivén de sus luces y sombras, usted será espectador de sus tendencias. Si surge una aversión a ese sentimiento, asimismo será usted veedor del mismo. Si la aversión le provoca a su vez aversión, también observará dicho bucle de fuerzas internas. No hay nada que hacer, pero si surge un hacer, lo presenciará en calma. Al entender que todo ello no es “usted”, ya no rechazará sus aflicciones ni se complacerá en ellas.
Aquello que conoce ciertas cosas, no puede tener en su propia naturaleza ninguna de ellas. Es decir, que si por ejemplo, nuestro ojo fuese de color rojo, no sería capaz de percibir los objetos rojos. Asimismo el pez no es consciente del agua, hasta que salta a la superficie y se da cuenta. Hasta que no saltamos por encima de las mareas del pensamiento y lo observamos, no nos percatamos de que no “somos” el pensamiento, sino el Testigo que lo observa. Hasta que no saltemos fuera del océano de la aflicción, no nos daremos cuenta de que no somos la aflicción, sino el Testigo de esa aflicción. El problema está en que el que ve, se identifica con los instrumentos de la visión.
José María Doria, de su libro "Inteligencia del Alma"
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